K.I

En el corazón de Querétaro, emerge una residencia que fusiona diseño y sostenibilidad. La fachada blanca se ve realzada por detalles en madera que aportan una textura cálida y acogedora. Este contraste visual no solo es estéticamente agradable, sino que también celebra la fusión de la modernidad con elementos naturales.

Al considerar la casa K1 en relación con sus vecinas, se observa un diálogo coherente pues son parte del mismo proyecto arquitectónico, aunque cada una sea única en su diseño.

Al adentrarse en el interior, se descubre una escalera con peldaños flotantes que ascienden hacia la luz. La escalera, con sus pasos de madera y su estructura metálica minimalista, es una expresión de funcionalidad y arte.
Los espacios son un tributo a la amplitud y la luminosidad, donde cada rincón invita a la contemplación y al descanso. La sala principal, con su pared de ladrillo expuesto, es un homenaje a los materiales endémicos y a la artesanía local. La textura terrosa del ladrillo se complementa con la pureza de las líneas blancas y la claridad del espacio, creando un ambiente que es tanto íntimo como expansivo. 

Desde cada ángulo, esta obra habitacional es una experiencia de diseño. La fachada principal, con su gran sección sobresaliente y ventanas amplias, captura la esencia de un estilo de vida que valora la belleza, la comodidad y la conexión con el entorno. Es un espacio que no solo está construido para habitar sino para inspirar, para vivir la arquitectura en su máxima expresión, pues cada detalle ha sido cuidadosamente seleccionado para ofrecer una experiencia de vida de acuerdo a lo descrito por el cliente.